Acompañando el camino de los #GuardianesDelBosque por la COP26

Por: Lina Salas

 

Nunca antes, en una COP, se había visto tanta participación y protagonismo de los pueblos indígenas y comunidades locales como la que hubo en la pasada COP26, en Glasgow. Desde el discurso de apertura de Walelasoetxeige Pater Surui, de Brasil, pasando por la reunión de líderes indígenas de distintas partes del mundo con el príncipe Carlos, y cerrando con los discursos de Gregorio Mirabal y Sonia Guajajara en la gran Marcha por el Clima, los pueblos tradicionales que protegen los territorios se tomaron la ciudad. Movilizatorio, como uno de los aliados de comunicación de la Alianza Global de Comunidades Territoriales, estuvo acompañando a la delegación de más de 100 líderes de comunidades forestales en Glasgow. Así se vivió la COP26 junto a las y los Guardianes del Bosque

Estar en una COP es una experiencia surreal, sin importar desde la perspectiva de qué actor. Siendo uno de los escenarios de negociación más importantes a nivel global, se trata de un evento en el que ocurren cientos de cosas en simultáneo, pero que a la vez se mueve a velocidad de tortuga. Mientras que negociadores de gobierno transitan por el espacio corriendo, tratando de obtener victorias, y revisando una y otra vez sus condiciones y coaliciones, se cruzan en los pasillos con cientos de actores que demandan su responsabilidad, conciencia y compromiso con el futuro. Los pabellones son escenarios únicos para que pueblos tradicionales se encuentren con los líderes del mundo que negocian por sus territorios, y las puertas de cada zona se vuelven escenarios de ruptura emocional cada mañana con los rostros de los activistas que demandan un cambio.

En medio de este ajetreo, 100 líderes indígenas que vienen de distintos ecosistemas claves para el mundo se mueven por entre los pasillos de la zona azul, corriendo a dirigir paneles, recibiendo entrevistas y sumándose a declaraciones internacionales. Detrás de ellos, se mueve un grupo de apoyo que les acompaña en calidad de traductores, enlaces de comunicaciones, coordinaciones logísticas y asesoría política. Ser parte de este grupo de acompañamiento es, a la vez, un desafío laboral único, un honor incomparable, y una exigencia técnica como pocas.

Los días de los liderazgos indígenas inician con sesiones de recapitulación política, discutiendo las agendas y espacios de negociación del día, haciendo retoques de último momento a los discursos o coordinando las agendas con líderes de otras regiones del mundo. Muy temprano, en hoteles de toda la ciudad de Glasgow y sus alrededores, las personas que lideran estas delegaciones de pueblos tradicionales revisan las decisiones que han tomado sus gobiernos, responden mensajes urgentes de casa y revisan sus metas para el día. Al tiempo, quienes acompañamos su camino desde las comunicaciones, traducimos discursos y manifiestos, enviamos actualizaciones a equipos de comunicaciones en remoto y concertamos agendas con aliados.

A medida que los buses oficiales de Glasgow hacia la COP se llenan de representantes indígenas, en la entrada del sitio se aglomeran activistas que apoyan las demandas de los pueblos tradicionales. Los activistas de Fridays for Future se toman un día la calle para gritar contra el genocidio brasilero. Otra mañana, la COP26 Coalition protesta contra las negociaciones fallidas por la erradicación de los subsidios al carbono. Alguna tarde, protestan en tarima líderes del movimiento climático del sur global a quienes les han negado el acceso a la zona de negociaciones, a pesar de tener acreditación

Las delegaciones indígenas que se acercan a los espacios de negociación dialogan con estas expresiones de protesta, muy a menudo han sido parte de su planeación y suman la fuerza de sus voces al clamor por el cambio. Reciben entrevistas de medios internacionales, que buscamos traducir de la forma más cercana posible a sus discursos poderosos, y terminan su paso por la zona entrando hacia los 7 filtros que componen la entrada a la COP26.

Una vez adentro, las agendas políticas absorben a las delegaciones y sus equipos de apoyo. Cada día, el pabellón indígena alberga entre 8 y 10 paneles de debate científico, económico y ecológico sobre los territorios que protegen los pueblos tradicionales, a la vez que se hospedan en pabellones de países conversaciones entre ministerios oficiales y delegaciones de los pueblos originarios. Al otro lado de la zona de negociaciones, hay cientos de gobernantes en reuniones concertando el futuro climático del mundo, que cada tanto salen y, en algunos casos, conversan con los liderazgos y activistas de sus países y, en muchos menos casos, retoman esas conversaciones en los espacios oficiales de negociación.

Para líderes como Sonia Guajajara, de Brasil; Mina Setra, de Indonesia; Gustavo Sánchez, de México; o Gregorio Mirabal, de Ecuador, estos espacios de conversación y negociación ocurren al tiempo que de vuelta en casa sus gobiernos atacan los territorios de sus comunidades. Por esto, suman a sus agendas entrevistas con medios internacionales, tratando de explicar la urgencia que viven sus pueblos. Al tiempo que los liderazgos posicionan sus demandas en la agenda pública, detrás de cámaras acompañamos a sus equipos haciendo ejercicios de fotografía, video y recopilación de testimonios para que quienes no pudieron entrar al espacio excluyente que es la COP, puedan leer sus palabras y manifestar acciones desde lo local.

Las agendas en la zona de negociación terminan hacia las 6 de la tarde, cuando inicia otra serie de agendas políticas y de activismo igual de importantes. Las delegaciones corren por la ciudad para encontrarse con príncipes, presidentes, ministerios y congresistas en ejercicios que incluyen cenas protocolarias, declaraciones de financiamiento o negociaciones extraoficiales. En cada espacio, a quienes lideran las agendas políticas les acompañamos dando contexto sobre los escenarios de incidencia, entrenando jóvenes líderes para sus primeros discursos públicos, y facilitando datos de impacto a lideresas territoriales para sus encuentros políticos.

Las jornadas de las y los Guardianes del Bosque en Glasgow terminan, a menudo, a muy altas horas de la noche. En medio de un frío poco usual para sus lugares de origen, con comida y movimientos extraños para su realidad, y con la exigencia de continuar agendas políticas y comunicativas. Terminan los días, como empiezan, con sesiones de contexto para dar cierre a la jornada y entender los retos que se avecinan con el día siguiente, la próxima negociación, la entrevista del mañana.